Llamamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia

Llamamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia

 

“…Tenemos el deber de contribuir a rescatar el espíritu bolivariano de en medio de la hojarasca mentirosa de la interpretación oficial y pro-imperialista de su obra, con el propósito de volver viva su imagen a las masas populares de América. Son ellas las herederas legítimas de su ardiente pensamiento genitor, y el limo fecundo que ha de encarnarlo y multiplicarlo en la hora de ahora y en la historia de los siglos”. Gilberto Vieira.

 

Compatriotas, con un abrazo de amor y de esperanza en el futuro queremos reiterarles en este presente aciago que transitamos por cuenta del terrorismo de Estado, que tenemos la certeza en la victoria de la reconciliación de los colombianos, en la medida en que logremos por fin derrotar a las castas oligárquicas de siempre que han impuesto a las mayorías su mano de explotación y represión para mantener sus privilegios mezquinos, sumiéndonos en una guerra fratricida en la que los que más pierden son las pobrerías y la gente de bien que clama porque se respeten los intereses nacionales.

Ya a dos décadas del nacimiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia como movimiento político amplio y clandestino que surgió en el marco del Proceso de Paz que se adelantó en San Vicente del Caguán, hoy en medio de los avatares que se nos presentan en un escenario caracterizado por la perfidia del régimen contra los anhelos de reconciliación de las mayorías, el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia seguirá reuniendo pueblo en la clandestinidad, agitando sus blancas banderas de paz y el amarillo, azul y rojo tremolando en la lucha por la patria del futuro, la que siempre hemos querido inaugurar en condiciones de buen vivir, con democracia, con dignidad y con soberanía.

Después de la traición a los Acuerdos de La Habana, con nuevas experiencias que revitalizan nuestra moral revolucionaria y nuestra rebeldía insurgente, retomamos las palabras del inolvidable comandante Alfonso Cano, quien hasta su muerte actuó como jefe de ese Movimiento Bolivariano que empezaba a desplegar su potencia transformadora, cuando explicó la propuesta política como un instrumento civil, amplio, policlasista, orientado hacia la conquista del poder, hacia el resurgimiento de Colombia bajo un nuevo orden social justo, con unas Fuerzas Armadas inspiradas en el espíritu y genio de Simón Bolívar, garantes de la libertad, la soberanía y las conquistas sociales:

Las prácticas del ejercicio político -decía el comandante Cano– deben transformarse, cambiando lo que Gaitán llamó las “viejas costumbres de la pequeña mecánica política” para dar paso al ejercicio de una democracia esencialmente directa, en donde las ejecuciones de los administradores de la cosa pública, se correspondan estrictamente con la voluntad popular. Construir el Cuarto Poder o el Poder Moral, como enseñó nuestro Libertador a partir del pueblo, para erradicar la corrupción y señalarle derroteros éticos ciertos a los administradores y a la misma sociedad. Hacer de la libertad de prensa una realidad que impida el monopolio, la manipulación y la desinformación. Revocarles el mandato a todos los politiqueros responsables del caos actual y sentar precedentes ejemplarizantes que erradiquen la impunidad de las tropelías que se han ejercido desde el poder contra la nación entera”.

“…El rostro semioculto de El Libertador Simón Bolívar que hace parte de la presidencia de este acto y que descubre su noble y profunda mirada, -decía el inmolado comandante- significa que el nuevo Movimiento Político tendrá un funcionamiento clandestino. La amplitud de los objetivos a conquistar no oculta los peligros que se ciernen sobre su existencia”.

No repetiremos la experiencia de la Unión Patriótica en donde la heroicidad de sus integrantes y la generosidad que caracterizó su compromiso, fueron brutalmente abatidas por las Fuerzas Armadas oficiales en traje de civil, hasta prácticamente hacerla desaparecer”.

“… Así que todos y cada uno de los integrantes del Nuevo Movimiento, tendrán una actividad dentro del sector social donde vivan, trabajen o estudien, sin que sea de público conocimiento su pertenencia política. Como todos los bolivarianos, deberán hacer esfuerzos por colocarse al frente de las luchas por las reivindicaciones del pueblo y solo compartirán su secreto con los pocos compañeros que le sean asignados para trabajar. Nadie más será conocedor de su pertenencia bolivariana”.

¿Difícil?”, se preguntaba, “seguramente sí, pero todos debemos recordar que son los enemigos del pueblo quienes han impuesto las condiciones. Si las circunstancias políticas cambian positivamente por la acción popular o el proceso de diálogos avanza significativamente, o si crecemos hasta ser mayoría actuante y combativa, analizaremos la conveniencia de nuevas formas de trabajo y de organización”.

Dentro de tales lineamientos debía marchar el Movimiento Bolivariano bregando por poder en algún momento mostrar su rostro pleno una vez en Colombia se hubieran abierto las amplias avenidas de la democracia.

Como dice la Carta de Reunión del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, guardando plena vigencia, esta nueva construcción política alternativa es un movimiento amplio, sin estatutos, reglamentos, ni discriminaciones, con excepción de los enemigos del pueblo. No tiene oficinas y su sede es cualquier lugar de Colombia donde haya inconformes. En el Movimiento Bolivariano caben todas y todos los patriotas que sueñen con la concreción del pensamiento político y social del libertador. “Su base la constituyen millones de colombianos vinculados a los núcleos clandestinos, de múltiples y variadas formas como círculos, juntas, talleres, malokas, familias, uniones, combos, hermandades, lanzas, grupos, clubes, asociaciones, consejos, galladas, parches, barras, mesas de trabajo, mingas, cofradías, comités y todas las formas que a bien tengan sus integrantes adoptar y que, a su juicio, les garantice el secreto de pertenencia y la compartimentación”.

Hoy, entonces, reconfirmando con la práctica y sobre todo con los lutos que nos ha dejado el haber creído en algún momento, que la paz por fin llegaba cuando tras la firma de un Acuerdo lo que se observó fue al Bloque de Poder Dominante haciendo trizas lo pactado, estamos -por el deber del compromiso de cambio con Colombia-, compelidos a renovar ese llamamiento:

Todas y todos los que se sientan bolivarianos, vengan con nosotros, que el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia es una inmensa bandera al viento que sigue en construcción y que podría tener en este momento la posibilidad histórica de dar el salto a la lucha política abierta, siempre y cuando, como dijera Alfonso, LAS CONDICIONES LO PERMITAN.

Es necesario entonces seguir en la batalla porque no se trunquen los sueños de la Nueva Colombia y de la Patria Grande en socialismo, impidiendo que se apague la llama de la esperanza. La unidad nos está diciendo en las movilizaciones populares, y en todos los rincones de la patria inconforme, que es factible un triunfo popular si nos levantamos como un solo puño de indignación frente al mal gobierno y la derechización de un régimen sumiso a Washington.

Colombia puede gobernarse desde el decoro y la soberanía poniéndole punto final a los abusos de las castas oligárquicas de siempre; diciéndole basta a los gobernantes, congresistas, magistrados y burócratas corruptos; cambiando el sistema electoral fraudulento; clausurando la entrega de nuestras riquezas y nuestra soberanía a las trasnacionales y los desafueros del poder y de la brutal represión, sí; pero sabemos que “no hay mejor manera de alcanzar la libertad que luchar por ella”.

Tenemos certeza en la victoria de la reconciliación de los colombianos, y es por eso que convocamos a la rebeldía de la juventud, a las mujeres descendientes de la Pola, a los campesinos, a los pueblos indígenas y comunidades negras, a los trabajadores y desempleados, a los académicos, a los policías y militares bolivarianos, a quienes anhelen patria soberana. A quienes se sientan bolivarianos y bolivarianas les convocamos a sumarse a la búsqueda decidida de la verdadera paz con justicia social, reemprendiendo la lucha para cambiar la política, la economía, la educación, la cultura hegemónica y las relaciones de sumisión. Les invitamos a la acción en favor de la justicia social y la dignidad, con el sentimiento de solidaridad que debe caracterizar la profunda sensibilidad humana.

Vamos a juntarnos para avanzar hacia la restauración moral de la República, confluyendo en el inmenso raudal sonoro del proceso constituyente abierto, con la fuerza transformadora del común que ha de abrirle paso a la transición hacia la nueva Colombia que tanto anhelamos y que ponga fin a esta guerra, alcanzando un escenario de paz que nazca de las manos del pueblo colombiano que es el máximo poder soberano que tiene nuestra nación.

 

Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia

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