LLAMAMIENTO DE LAS FARC-EP AL PUEBLO CARIBE COLOMBIANO

LLAMAMIENTO DE LAS FARC-EP

AL PUEBLO CARIBE COLOMBIANO

Mientras haya voluntad de lucha

habrá esperanza de vencer

Compañeras y compañeros habitantes del Caribe colombiano, con brisa de mar y cordillera, de llanura y montaña, de ciénagas y desiertos, pero sobre todo con espíritu de optimismo en el combate por las reivindicaciones del pueblo y la justicia social, le enviamos nuestro abrazo cálido, fraternal, de esperanza en la Colombia Nueva; esa que más temprano que tarde forjaremos juntos en ambiente de concordia y progreso que beneficie a las mayorías hoy sojuzgadas y empobrecidas.

Han pasado casi 34 años desde que la primera comisión de las FARC EP hizo su llegada al Caribe Colombiano en los territorios de la majestuosa Sierra Nevada de Santa Marta, desde esos días hasta hoy nuestro movimiento trabajó codo a codo con campesinos, indígenas, negritudes, obreros, mujeres organizadas entre otros sectores para cambiar las condiciones sociales, políticas y económicas de la región y del país. Nuestro compromiso con el Caribe y sus luchas siempre han sido de patria o muerte.

En esta ardua tarea grandes cuadros ofrendaron sus vidas, hoy rendimos honor al inolvidable Adán Izquierdo pionero constructor del Bloque Caribe, a Martin Caballero y los mártires de los Montes de María, al Camarada Efraín Guzmán genio de la insurrección colombiana, a Ciro y Canaguaro, a Susana, a Deysi y Dayana, a Estela y a todos los guerrilleros y guerrilleras que lo entregaron todo por una verdadera paz con justicia social.

Parte de este esfuerzo se materializó en la fundación de la Unión Patriótica en Pueblo Bello a la que le siguió la mas feroz arremetida donde las FARC EP, al igual que en la Habana no escatimó recursos humanos ni materiales para honrar los acuerdos, nuestra voluntad de paz siempre fue genuina y diáfana.

Hoy los acuerdos firmados en la Habana fueron traicionados, y se esta reeditando el baño de sangre que ha sido conocido a nivel mundial como el genocidio de la Unión Patriótica.

La lucha por los nobles propósitos de la Nueva Colombia nunca ha sido fácil; a todos los intentos de democratización del Estado colombiano a través de acuerdos de paz el bloque de poder contrainsurgente ha respondido con violencia contra el pueblo, esta lógica ha mantenido a Colombia en continuados ciclos de violencia y despojo, donde la mayor victima ha sido el pueblo raso.

En el caribe la violencia y el despojo la han protagonizado sobre todo las grandes transnacionales de la explotación minero-energética, de la agro-industria y el latifundismo ganadero, que se han apoyado en la clase dirigente y sus aparatos armados estatales y para-estatales para masacrar, desaparecer y desplazar a miles de trabajadores, indígenas y campesinos caribeños.

Hoy en la Guajira, quizá la región más rica en recursos minero energéticos, el pueblo sigue sufriendo de hambre y de sed y se levanta en contra de la corrupción y en contra de los proyectos de explotación de carbón que amenazan extensos territorios de Cañaverales, Fonseca y Dibulla, entre otros.

Esta dirigencia corrupta, aliada con el capital transnacional que se ha alimentado de la guerra, el despojo y la sobreexplotación de los pueblos es la que ha traicionado los sueños de paz de los colombianos; ellos, que sembraron vientos de perfidia y burla, tendrán que responder ante el país por la paz traicionada, por la guerra que han alimentado y desatado. Son ellos los que nos han obligado por su incumplimiento a retomar la lucha armada, con la espada de Bolívar, Manuel y de todos nuestros mártires, poniendo de presente que la rebelión no es una bandera derrotada ni vencida.

Este breve mensaje lleva el propósito central de ratificarles, con nuestro modesto aporte desde las latitudes costeñas, la determinación tomada por veteranos comandantes insurgente farianos, de continuar la lucha de resistencia armada, la batalla político-militar, en procura de las transformaciones sociales estructurales que hagan de nuestro país una tierra para toda la gente humilde y trabajadora, que durante décadas, sufriendo el azote de los explotadores, ha soñado con alcanzar la reconciliación y la marcha por un rumbo de solidaridad, de respeto y decoro.

Esa es la ruta, y a ella nos sumamos con la militancia que sigue creyendo en que, a pesar de la mezquindad y la indolencia de la oligarquía de esta región golpeada por la miseria, juntando conciencias y voluntades, sabiendo que no hay mejor forma de alcanzar la libertad que luchar por ella, podremos alcanzar la victoria de los desposeídos.

A pelear por alcanzar ese propósito altruista convocamos a la gente animosa y audaz de cada rincón de esta región norteña, retomando la herencia y la memoria de nuestra gente valiente y martirizada por el terrorismo de Estado que continúa su furia criminal para favorecer a los más poderosos. A las comunidades de la Guajira, de Sucre, del Cesar, de magdalena, de bolívar y Córdoba; a nuestros camaradas de los ETCR de Pondores y Tierra Grata, les dejamos nuestras palabras de aliento para continuar la brega por el buen vivir y el respeto a los derechos comunitarios desde la trinchera en que se encuentren o lo decidan, pero los convocamos también a dar apoyo a los requerimientos de la causa guerrillera.

Para nadie es un secreto ya, la innegable traición a que fueron sometidos los Acuerdos de La Habana, y que en consecuencia está más que justificada la determinación del alzamiento armado, cuya razón de fondo no es otra que persistir en la búsqueda de un futuro mejor para nuestra nación. De tal manera que la determinación tomada por el colectivo guerrillero que sostiene las banderas y los principios revolucionarios bolivarianos y marulandistas, no es otra cosa que el imperativo categórico en que nos pone la realidad histórica de una oligarquía vendepatria que mientras apunta sus fusiles contra su propio pueblo, se hinca de rodillas ante sus amos imperiales.

Seguimos con la voz en alto elevando las consignas de la verdadera paz sin más perfidia, sin más falacias, sin más hipocresía…; una paz que la conquistaremos no mendigando sino peleando con sacrificio, redoblando esfuerzos, creatividad e iniciativas, codo a codo con el pueblo, con sus organizaciones políticas y sociales; en el derrotero del movimiento real de quienes tejen sus utopías con fe en una patria y en un mundo mejor.

¡Viva la memoria de Martín Caballero!

¡Con Bolívar, con Manuel, con el Pueblo al Poder!

Fraternalmente,

Chalo y Jesús Santrich

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