ALFREDO MOLANO, con su mochila de sueños rumbo a la posteridad

Con tristeza recibimos la noticia del fallecimiento en Bogotá, a sus 75 años de edad, del sociólogo, periodista y escritor Alfredo Molano Bravo. A todos su familiares y amigos expresamos nuestras sentidas condolencias.

Caminante pensador, arriero de ideas y sueños, el profe, forjó su trayectoria profesional y de ciudadano íntegro, investigando y reflejando en sus escritos, con la didáctica del maestro y la estética del artista literario, la realidad de nuestra Colombia golpeada por la violencia política, pero siempre esperanzada en alcanzar la reconciliación y la justicia social.

De manera muy especial, el profe dedicó gran parte de su tiempo a viajar y conocer remotos rincones de la Colombia olvidada, de esa Colombia rural que entreteje inmensas riquezas naturales con la miseria y la exclusión de los comunidades indígenas, afro-descendientes, campesinas y mestizadas que las habitan. De su pluma, en gran medida, el país aprendió a conocer la geografía y los rostros, las historias de vida y las de muerte, de aquella realidad cuya descripción viajó en sus libretas de apuntes y en su mente, como la recua de mulas que con su carga urgente surca trochas y difíciles pasos pantanosos para llegar a su mejor destino. Y así fue, porque su arriero perseverante, el de jean y tenis en la ciudad, pero de botas de caucho en la montaña, las supo conducir con la voz de la sabiduría a los libros y a las aulas universitarias, a sus columnas de prensa y a sus conferencias de barriada, sin vender ni empeñarle su conciencia a intereses mezquinos ni personales, porque su compromiso evidente era con las pobrerías y con su acendrada militancia con el propósito de la paz.

Caminante y conversador, construyó, no desde el cómodo escritorio de oficina, sino a lomo de mula y en la fatiga de la marcha, una visión del desarrollo de los procesos sociales, basándose en la experiencia directa de sus protagonistas y sufrientes, desentrañando las causas y los complejos entramados de los fenómenos, especificándolos, caracterizándolos con vitalidad y muchas veces con la crudeza de sus colores más terribles, en lo que respecta a la compleja pintura de la guerra y sus consecuencias de décadas, que signan la macondiana novela de asesinatos, masacres, desplazamientos forzados, despojos…, padecidos por la patria que amó, locamente si se quiere, sin importarle los peligros que le acecharon por cuenta de la intolerancia de los de arriba.

Académico de honores en las universidades por las que cursó como estudiante o como docente, el profe es sobre todo el aprendiz y maestro insigne al mismo tiempo, de la universidad de la vida. Riguroso estudioso del movimientos campesino y social en el campo, y del sempiterno problema de la tierra especialmente, ligándolo al universo de la tragedia nacional generada por la miseria, la desigualdad y la exclusión impuestas por el sistema, el profe esparció sobre la mesa de las discusiones institucionales y de tertulia sus convicciones y verdades.

Rumbo a la posteridad, como uno de los más abnegados y destacados cultores de las ciencias sociales del siglo anterior y de este, el profe Alfredo Molano ha dejado sus huellas imborrables en los senderos de la Colombia profunda, en las conciencias de sus alumnos, de sus lectores, discípulos, críticos, amigos y hasta de sus adversarios gratuitos, como en las trochas controversiales del mundo de los conocimientos, marcando una ruta de compromiso con la búsqueda de la paz con justicia social para la humanidad.

Sus últimos pasos en vida los dio como integrante de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, sin abandonar jamás su irreverencia hacia los cultos conservadores, a contra-corriente de la hegemonía cultural del neoliberalismo y del capital. Paciente labor de Diógenes que desempeñaba, transitando también con sus botas de sabio filósofo y la lámpara de su obstinación moral, los laberintos abruptos del conflicto colombiano, en busca del esclarecimiento de los hechos, tomando como horizonte la justicia.

Todos los honores serán pocos para rendirle un merecido adiós de bienvenida, a un ser virtuoso, que permanecerá por siempre destellando en el devenir de la Nueva Colombia que anhelamos.

Desde las montañas insurgentes de Colombia, FARC-EP

Octubre 31 de 2019

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