FARC-EP, Solidaridad con Chile

La situación de Chile es el hervor de la olla a presión en que el neoliberalismo cocina sus medidas económicas antisociales. Al menos 17 muertos, centenares de heridos y alrededor de dos mil detenidos por las fuerzas represivas de Piñera es el saldo de las protestas en el país austral. Aquí si no hay Grupo de Lima, ni se escucha la voz del pelele de Estados Unidos Almagro con su OEA de bolsillo, ni se observa a los Iván Duque pidiendo respeto a la democracia. La realidad desnuda sus espíritus de gánsteres capitalistas.

La conciencia ciudadana que milita en la causa de la justicia social debe estar de corazón y con la razón del lado del pueblo chileno, cuya lucha no está solitaria en un mundo que explota por partes, lenta pero efectivamente, buscando cambios radicales y diciendo a todo pulmón, que las revoluciones no sólo son necesarias sino posibles, y que el tiempo de los tiranos no es eterno. Es deber luchar por darle un nuevo orden a la economía, derrotar las tácticas liquidacionistas de la llamada “real polítik” superando el capitalismo.

Hace 4 días Sebastián Piñera y su equipo de gobierno, luego de su reunión con el comité de emergencia en La Moneda, prometió mano dura, y dijo que los violentos van a pagar sus culpas. Llamó a los chilenos a definirse entre la paz y la delincuencia. Entonces, qué tan sincero es hoy el presidente cuando pide perdón, y califica de expresión genuina y auténtica la protesta de millones de chilenos? ¿Qué tan sincero es al anunciar medidas para mejorar la calidad de vida de los más vulnerables y la situación de inequidad y abuso, cuando previamente ha amenazado con aplicar la férrea ley de seguridad del Estado? La profunda crisis chilena no se resuelve con paños de agua tibia y el lobo no deja de ser lobo vistiéndose de oveja.

Es hora de escuchar a los movimientos sociales

y al pueblo llano que protesta en las calles.Octubre 23 de 2019

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