EL ESTADO QUE NO RESPETA SUS COMPROMISOS NO MERECE EL RESPETO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

EL ESTADO QUE NO RESPETA SUS COMPROMISOS

NO MERECE EL RESPETO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

FARC-EP sobre solicitud de extradición de voceros del ELN

Resulta deplorable, muy lamentable, que la mezquindad del gobierno del presidente Duque no se corresponda con la diáfana y amistosa disposición del gobierno de Cuba de contribuir a la búsqueda de la paz de Colombia.

El protocolo del diálogo de paz entre el Estado colombiano y el ELN, incluido el protocolo en caso de ruptura de la negociación, deben ser respetados y honrados. No se puede pisotear la buena fe sellada en esos documentos con la firma de los plenipotenciarios de las partes.

Los acuerdos son para respetarlos; ellos están cobijados por el Pacta Sunt Servanda, principio que rige toda negociación. En febrero de 2015, en representación del Estado y del ELN, Frank Pearl y Antonio García respectivamente, rubricaron dichos protocolos con participación de los países garantes, entre ellos, el Reino de Noruega y Cuba. El punto 2 de este acuerdo plantea claramente que, las partes contarán con 15 días para concretar el retorno de los jefes de la delegación a Colombia, y con 72 horas de cese de operaciones militares una vez sean desembarcados en el punto X.

Ningún sofisma puede justificar su incumplimiento. Es incoherente alegar que el protocolo no tiene validez porque no fue firmado por el gobierno Duque, cuando es claro que Pearl actuó como plenipotenciario del Estado. Tampoco es consistente endilgarle a la delegación de paz del ELN que dialogaba en La Habana, a 2.230 kilómetros de distancia de Bogotá, los hechos que tuvieron lugar en la Escuela de Policía General Santander.

La comunidad internacional ha podido constatar que el gobierno de Iván Duque, por motivaciones arcanas y muy oscuras, está obstruyendo la posibilidad de que Colombia pueda abrazar la paz, como el más elevado de todos los derechos. Cuando a través de su embajador en Cuba el gobierno insiste en su petición de extradición de los negociadores de paz, Pablo Beltrán y Aureliano Carbonell, no solo busca hacer trizas una esperanza, sino encadenarla tras los barrotes de la intransigencia. No se puede desfigurar de esa manera el sentido común.

Ya lo hemos manifestado: el Estado que no respeta sus compromisos, no merece el respeto de la Comunidad Internacional.

En el fondo de esta actitud del presidente de Colombia, gruñe un encono enfermizo contra la República Bolivariana de Venezuela, a cuyo presidente constitucional, quiere derrocar, actuando como fiel lacayo de Washington. Desesperado porque no ha podido tumbar al gobierno de Nicolás Maduro, Donald Trump quiere desquitarse con Cuba recrudeciendo el bloqueo criminal a la isla, en abierto desacato al derecho internacional. Y ahí va Duque con él, ladrando a Cuba y a su gran estrella.

No descartemos que el propósito de solicitud de extradición de los comandantes del ELN, acusándolos de terroristas, intenta justificar las agresiones económicas y comerciales de la Casa Blanca contra Cuba. Aconsejamos a Duque no buscar pretextos para justificar la ruptura de relaciones diplomáticas con un país que nos ha ayudado y sigue ayudando de corazón a encontrar el camino de la paz.

Lo mejor es cumplir el protocolo firmado con el ELN. No resquebraje ese pacto de caballeros, señor presidente. No dañe la buena fe y la confianza que son elementos necesarios para la resolución de nuestro conflicto interno. Si no cumple, piense que, en adelante nadie querrá ir a negociar la paz en un tercer país.

A los compañeros del ELN les reiteramos nuestra solidaridad y el acompañamiento de las FARC-EP en esta lucha diplomática que busca superar la perfidia del Estado.

Desde las montañas insurgentes de Colombia, FARC-EP

Octubre 12 de 2019

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