El muro de las lamentaciones

El muro de las lamentaciones

La sede de la ONU en Nueva York se ha convertido en el muro de las lamentaciones del mundo. Los reclamos y los sueños de las naciones periféricas viajan hasta allí para morir estrellados contra el granito esmeralda que enmarca las alocuciones de sus presidentes. Solo queda el eco lejano de sus denuncias. Ese recinto sigue impregnado de azufre, como dijera en memorable ocasión el presidente Hugo Chávez, y en esa atmósfera contaminada por los intereses capitalistas del complejo militar-industrial de los Estados Unidos, la visiones justas de un mundo mejor, quedan atrapadas como en un laberinto sin salida.

La Organización de Naciones Unidas requiere una reestructuración urgente. Sus decisiones deben obedecer a un mandato de la democracia y no a las imposiciones y arbitrariedades de un imperio decadente. Durante más de dos décadas, por ejemplo, la Asamblea General ha exigido el cese del indolente bloqueo a Cuba, pero a Estados Unidos le importa un comino lo que piense la mayoría. No le perdona a la patria de Fidel y de Martí que haya optado por la vía del socialismo.

La prioridad de Washington no es la construcción diplomática de un acuerdo para el desarme con otras potencias, sino la desnuclearización de todos los países, excepto Estados Unidos. La paz del mundo se ha tornado extremadamente volátil por las provocaciones y el maltrato de Donald Trump y sus halcones contra Irán.

La Casa Blanca odia la fortaleza espiritual y material del Islam, porque resiste con vigor al saqueo de los hidrocarburos que yacen en la cuenca del mar Caspio y el golfo Pérsico. Por eso respalda abiertamente el terrorismo en Siria y las barbaridades del sionismo contra el pueblo palestino. El presidente de los EEUU dispensa un tratamiento altanero a Rusia, China y Korea, sin reparar que estos son países de evidente poderío militar. Las ilegítimas sanciones de su terrorismo financiero están desestabilizando a los gobiernos del mundo. El hundimiento de la supremacía norteamericana, le ha hecho perder la cabeza.

En su agenda no aparece ninguna preocupación frente al cambio climático que amenaza desastres naturales y la vida misma sobre la tierra. Encarnizado en la obtención de ganancias, el capitalismo no entiende que no existe un planeta alterno; y en esa irracionalidad lo secunda Jair Bolsonaro que justifica la destrucción de la Amazonía.

Ni una sola palabra de humanidad para los migrantes que deambulan sin esperanza por el mundo. La pobreza generada por el neoliberalismo y el saqueo en América Latina, empuja a miles de personas a buscar el espejismo del “sueño americano” que en realidad es la pesadilla de los pueblos del mundo.

No respeta EEUU la independencia y la soberanía de los pueblos latino-caribeños herencia de Bolívar, Martí y Sandino, y pretende con el sucio estandarte de su Doctrina Monroe, imponernos a la fuerza que somos su patio trasero.

¡Qué batalla extraordinaria ha librado la diplomacia y el decoro de la Revolución Bolivariana de Venezuela! Washington quiere derribarla para borrar a Bolívar de nuestra historia. Han fracasado todas las tentativas urdidas por Bolton y Eliotts para hacerse al petróleo y el oro de Venezuela. Gloria al bravo pueblo, a la unidad cívico militar, que han resistido a tantas agresiones: atentados contra el presidente constitucional, golpes de Estado, el robo descarado de divisas y remesas de oro,el ataque a la moneda, sanciones financieras, los cortes eléctricos que causaron tanto daño humanitario, el saboteo a la comercialización petrolera y a las importaciones de alimentos y medicinas. Mucha maldad es la que mueve al gobierno de los Estados Unidos. Y mucha solidaridad le debemos los pueblos del mundo a Venezuela.

Duque nos avergüenza como colombianos. La agresiva hostilidad que llaman “cerco diplomático” contra Venezuela, es miserable. La intervención del maléfico Duque en la ONU -que fue un desatinado parto de los montes-, lo ha desnudado como un hombre falso. Los falsos positivos, las noticias falsas, los falsos testigos, no pueden producir sino falsedades y engaños, como las fotos presentadas como “prueba reina” en la 74 Asamblea. Nada dijo en Nueva York de la perfidia y la traición del Estado al Acuerdo de La Habana. Tampoco habló de los 150 guerrilleros asesinados ni de la responsabilidad del establecimiento frente a los 700 lideres sociales ultimados a tiros; ni de la corrupción y la impunidad que nos tienen en la inmundicia y que ha levantado a miles de universitarios a la protesta desafiando la brutalidad represiva del ESMAD.

La política interna y externa del gobierno Duque se inspira y se concentra solamente en dañar a Venezuela y ahora enfoca sus órganos de puntería contra Cuba.

Toda nuestra solidaridad hacia Cuba socialista y a su pueblo heroico. Cuba siempre se ha defendido con decoro de los ataques del gobierno de Washington y no se rendirá. No les arrancarán ninguna concesión así les redoblen el bloqueo criminal. Ellos son patria o muerte frente al imperio y sus lacayos. Que el ejemplo de dignidad del pueblo de Martí y sus dirigentes y el pueblo de Bolívar y los suyos, sirvan a Nuestra América para hacer respetar nuestra soberanía e independencia.

Desde la montañas insurgentes de Colombia, FARC-EP

 

 

Septiembre 30 de 2019

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